Qué puedes esperar si te acompaño 👇

Si has llegado hasta aquí, probablemente te has preguntado alguna vez:

"¿Por qué sigo atascada?"
"¿Por qué no consigo superar esto por más que lo intento?"
"¿Realmente puedo cambiar?"

La respuesta es sí.

Pero no con más fuerza de voluntad, no con más “intentar olvidar” y no con más autoexigencia.

Aquí ni vas a encontrar frases vacías ni te voy a prometer magia.

Lo que sí te prometo es que, si trabajamos juntas, esto es lo que te espera...

Y es que, antes de empezar este camino juntas puede que:

• Aceptaras migajas en el amor y te conformaras con relaciones en las que no te sentías ni vista ni valorada.
  
  

• Te culparas por todo viviendo con la sensación de que nunca eras suficiente.
  
  

• Toleraras situaciones que no te hacían bien por miedo a estar sola.
  
  

• En el trabajo, aceptaras condiciones mediocres porque no te sentías capaz de aspirar a más.
  
  

• Postergaras proyectos personales o sueños porque "no es el momento" o "no eres lo bastante buena".

   

• Repitieras patrones que juraste que no repetirías con tus hijos.
  
  

• Te sintieras responsable de TODO, hasta de la felicidad de los demás.
  
  

• Pusieras a todo el mundo por delante y te olvidaras de ti misma.
  
  

• Dijeras "sí" cuando querías decir "no" solo para evitar sentir culpa.

Y lo peor de todo: quizá no eras consciente de todo esto hasta ahora. 

Tal vez has pensado que la vida simplemente es así.

Por eso, después de trabajar conmigo:

• Sabrás poner límites sin miedo, sin sentir que eres una mala persona por hacerlo. Cuando alguien te pida algo que no quieres hacer, no te sentirás culpable por decir “no”.
  
  
  

• Tendrás claro lo que quieres en una relación y no dudarás en alejarte de quien no te lo ofrezca. No te quedarás esperando a que cambie, sabrás que no tienes que convencer a nadie para que te valore.
  
  
  

• Elegirás a tu pareja en vez de conformarte con quien te elige a ti. Si vuelves a enamorarte, será desde la libertad, no desde la necesidad.
  
  
  

• Soltarás la culpa y te sentirás libre de decidir sin miedo. No pedirás perdón por ocupar tu espacio o por hacer lo mejor para ti.
  
  
  

• Confiarás en ti misma, en tu criterio, en tus emociones. No necesitarás preguntarle a diez personas qué hacer con tu vida, porque sabrás escucharte a ti misma.
  
  
  

• Te valorarás tanto que te volverás inaccesible para cualquiera que no te trate bien. No tendrás que hacer grandes discursos, lo sentirán desde el primer momento.
  
  
  

• Dejarás de sentirte en deuda con los demás. No te verás obligada a salvar a nadie ni a quedarte en lugares donde ya no eres feliz.
  
  
  

• Tendrás paz mental. Dormirás sin repasar conversaciones, sin analizar cada gesto, sin preguntarte si hiciste algo mal.
  
  
  

   

Y lo más importante: no necesitarás que nadie te valide, porque tú misma serás tu mejor validación.

Así será tu vida después de este acompañamiento:

Te levantas por la mañana con calma y tranquilidad. Por fin sientes que la vida no es una batalla constante.

Te preparas el desayuno a tu ritmo, sin sentir la presión de correr detrás del reloj. Disfrutas del momento, de la bebida caliente entre tus manos, de la luz entrando por la ventana.

Miras el móvil y, cuando lees un mensaje de trabajo, estás tranquila. Si necesitas decir que no, lo dices sin miedo ni culpa. Ya no te justificas, ya no sientes que tienes que explicarlo todo. Sabes que tu tiempo y tu energía valen.

Pones límites con naturalidad. No sientes que le debes nada a nadie. Te expresas sin miedo, sin darle mil vueltas a lo que dirán los demás.

Tu día fluye con más confianza. Las dudas que antes te frenaban ya no pesan sobre ti. Tomas decisiones desde lo que quieres y necesitas, no desde el miedo o la necesidad de complacer.

Si eres madre, disfrutas de la maternidad con más libertad. Te permites ser humana, sin la carga de la perfección. Sabes que cuidarte a ti también es cuidar a tus hijos.

Si has salido de una relación, te sientes en paz. Tu vida tiene sentido sin necesidad de que haya alguien a tu lado. Te sientes completa porque eres la naranja entera.

Si conoces a alguien nuevo, ya no te preguntas "¿Le gustaré?", sino "¿Me gusta a mí?". Tienes el control sobre tus decisiones.

Y cuando llega la noche, te sientes orgullosa de ti misma. Sabes que has avanzado, que cada día te tratas con más amor y respeto.

Te acuestas sintiendo que ya no eres la mujer que dudaba de su propio valor.

Esto no es un sueño imposible. Es lo que pasa cuando tomas el control y decides dejar de vivir en automático.

Si estás lista para construir esto en tu vida, escríbeme y hablamos sobre cómo empezar este camino juntas.

Porque sí, esto también es posible para ti.