
El motivo por el que no puedes liberarte de tu estrés aunque tengas tiempo libre
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Tienes un rato para ti. En teoría, podrías aprovecharlo para descansar.
Pero en cuanto intentas relajarte, tu cabeza empieza:
“¿Habré contestado ese email?”
“A ver si aprovecho y hago algo productivo.”
“No debería estar perdiendo el tiempo.”
O peor, intentas no pensar en nada, pero el silencio te incomoda y acabas revisando el móvil, haciendo scroll sin sentido o llenando el tiempo con cualquier distracción.
Si esto te suena, no estás sola.
Y no, no es solo que seas "una persona nerviosa". Hay algo más detrás.
¿Por qué no puedes desconectar, aunque quieras?
Si sientes que nunca puedes relajarte de verdad, puede que estés atrapada en uno de estos bucles:
- Tu cerebro no está acostumbrado al descanso
Si llevas años en un estado de alerta constante, tu sistema nervioso ha aprendido que el descanso no es seguro.
Cuando paras, tu mente busca algo a lo que aferrarse porque el vacío le genera (mucha) incomodidad.
- Asocias la productividad con tu valor personal
¿Te sientes culpable si no estás “haciendo algo útil”?
Si has aprendido que ser valiosa significa ser productiva, descansar te hace sentir que estás perdiendo el tiempo.
- Tu ansiedad te ha hecho creer que tienes que tenerlo todo bajo control
Intentas relajarte, pero entonces recuerdas todas las cosas pendientes.
Tu cabeza empieza a hacer listas mentales, a anticipar problemas, a revisar lo que podrías estar haciendo…
Y de repente, descansar te parece imposible.
- Tienes miedo a lo que sentirás si paras
Si llevas mucho tiempo ocupándote en mil cosas, puede que el verdadero problema no sea que no puedes descansar, sino que temes lo que sentirás cuando pares.
El ruido externo disfraza el ruido interno.
¿Qué pasaría si te detienes del todo?
Si la respuesta es “no sé” o “me daría miedo”, ahí tienes una pista.
La trampa de la ansiedad: cuando intentar relajarte solo te estresa más
Cuando no consigues desconectar, es fácil caer en una de estas trampas:
⭕ Intentar obligarte a relajarte
“Voy a relajarme ahora.”
“Voy a hacer esto para calmarme.”
Pero como estás en estado de tensión, lo que consigues es lo contrario: sentirte aún más ansiosa y que incluso empiece a picarte el cuerpo.
⭕ Distraerte constantemente
Cada vez que sientes incomodidad, coges el móvil, ves una serie, buscas algo que hacer, sea lo que sea.
La distracción da alivio inmediato, pero no te deja sentir lo que realmente necesitas procesar.
⭕ Buscar la solución perfecta
Te dices: "Si organizo mejor mi vida, podré descansar sin culpa."
"Si cambiara de trabajo, dejaría de estar estresada."
Pero el problema no es solo externo.
Es el modo en el que tu mente se ha acostumbrado a funcionar.
Entonces, ¿qué puedes hacer realmente?
Cómo empezar a desconectar sin sentir culpa ni estrés
En lugar de intentar relajarte a la fuerza, prueba estos enfoques:
1️⃣ Empieza con pausas pequeñas
Si desconectar te resulta difícil, no intentes hacerlo de golpe.
Pon un temporizador de 1 minuto en tu móvil y simplemente siéntate en silencio o túmbate en la cama tranquilamente.
Si la incomodidad aparece, obsérvala sin reaccionar.
Empieza con ese minuto, cuando estés cómoda, aumenta a 2 minutos y así sucesivamente.
Tu cerebro necesita aprender que es seguro estar en calma.
2️⃣ Redefine lo que significa “descansar”
Si la culpa aparece cuando "no haces nada", prueba esto:
Escribe una lista de actividades que te gusten pero que no tengan un propósito productivo (dibujar sin intención, pasear sin rumbo, escuchar música sin multitarea) y date permiso para hacerlas de vez en cuando.
Eso sí, recuerda programarlas o las pospondrás indefinidamente.
3️⃣ Dale un espacio a tus preocupaciones
Si tu cabeza no para, prueba este ejercicio:
Dedica 10 minutos al día a escribir todo lo que te preocupa.
Luego, cierra el cuaderno y déjalo ir.
Te ayudará mucho a rebajar toda esa tensión.
4️⃣ Acepta que el descanso puede ser incómodo al principio
Si llevas años sin desconectar, no esperes que tu cerebro lo haga de inmediato.
Es normal que al principio te sientas muy inquieta.
Pero cuanto más practiques, más fácil será.
Ejercicio: El descanso sin culpa
Paso 1: Elige un momento del día en el que normalmente llenarías el tiempo con distracciones.
Puede ser después de comer, antes de dormir, o incluso en el transporte público.
Paso 2: Durante 5 minutos, no hagas nada con un propósito específico.
No revises el móvil.
No planees nada.
No pienses en lo siguiente que tienes que hacer.
(Si te cuesta demasiado empieza por 1 minuto y ve incrementando).
Paso 3: Observa cómo te sientes sin juzgar.
Si te sientes incómoda, respira hondo y deja que pase.
Recuerda que cuanto más te permitas estos espacios, más fácil será que tu cuerpo y mente entiendan que es seguro descansar.
El descanso es una habilidad. Y se puede reaprender.
Si llevas años sin desconectar de verdad, tu cerebro ha aprendido a funcionar en estado de alerta.
Pero igual que aprendió eso, puede aprender a relajarse otra vez.
No se trata de encontrar más tiempo. Se trata de permitirte usar el tiempo de otra manera.
Si quieres que te ayude a rebajar tu estrés o ansiedad, puedes escribirme por email a [email protected] o directamente por Whatsapp aquí: