
No es que no puedas superar la ruptura, es que lo intentas mal
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Llevas meses intentándolo.
Has probado de todo:
Salir más para distraerte.
Bloquearle en redes (pero desbloquearle “solo para ver qué hace”).
Hacer como si no te importa cuando en realidad aún duele.
Pero ahí sigue, ese nudo en el estómago.
Esa sensación de que no avanzas, de que te quedaste atrapada en el dolor.
Y empiezas a pensar:
"¿Por qué no lo supero ya?"
"¿Por qué me sigue doliendo si ya debería haber pasado página?"
Aquí está la verdad que no te han contado:
No es que no puedas superar la ruptura. Es que sigues intentando hacerlo de la manera equivocada.
Superar una ruptura no es cuestión de tiempo, sino de enfoque
Te han dicho que el tiempo lo cura todo. Pero si lo único que hiciera falta fuera esperar, no habría personas que siguen atascadas años después.
Superar una ruptura no se trata de esperar pacientemente a que el dolor desaparezca por arte de magia. Se trata de aprender a procesarlo de la manera correcta.
Piensa en esto:
Si tienes un hueso roto y no lo cuidas, no importa cuánto tiempo pase: seguirá doliendo y curará de forma incorrecta.
Lo mismo pasa con una ruptura de pareja.
Si lo único que haces es esperar, pero sigues cometiendo los mismos errores, el dolor se estanca y la herida no cierra... entonces, ¿cuáles son esos errores? Veamos...
Los errores más comunes que te impiden superar una ruptura
1. Intentar “superarle” en vez de sanar tú
Te esfuerzas en demostrar que ya no te importa. Que eres fuerte. Que sigues adelante.
Pero en el fondo, tu motivación sigue girando alrededor de él:
❌ Sales con otras personas para olvidarle.
❌ Subes fotos en redes para que vea que estás bien.
❌ Te repites a ti misma “no le quiero en mi vida, estoy bien” sin sentirlo de verdad.
La clave no es centrarte en olvidar a tu ex, sino en reconstruirte a ti misma.
Cuando cambias el foco, dejas de vivir en función de la ruptura y empiezas a vivir para ti.
2. Evitar el dolor en lugar de enfrentarlo
Te mantienes ocupada todo el tiempo para no pensar en ello.
Cada vez que la tristeza aparece, la ahogas con series, redes sociales o salidas.
Intentas “actuar normal” para no sentirte mal.
Parece que funciona… hasta que en los momentos en los que estás tú sola sin tanta distracción el dolor vuelve con más fuerza.
Y es que el dolor no desaparece porque lo ignores. Solo se acumula y explota cuando menos te lo esperas.
El proceso de duelo necesita espacio. Si no te permites sentir, no podrás sanar.
3. Aferrarte a la idea de que era tu único amor posible
Cuando una relación se acaba, el cerebro puede entrar en pánico.
Te convence de que:
“Nunca encontraré a alguien mejor.”
“Nadie me va a querer como él.”
“Era mi alma gemela, ¿y si me he equivocado?”
Pero piensa en esto:
¿No creías lo mismo antes de conocerle?
Es como cuando éramos pequeñas y pensábamos que nunca superaríamos nuestro primer amor adolescente.
Y aquí estamos, amiga.
El hecho de que ahora no veas otras opciones no significa que no existan. Solo significa que tu mente está atrapada en la pérdida.
Y eso cambiará con un buen trabajo interno.
4. Convertirle en una versión idealizada de sí mismo
Cuando alguien nos deja, nuestra mente juega trucos sucios.
Nos olvidamos de las discusiones.
Pasamos por alto los momentos en los que nos sentimos solas en la relación.
Hacemos una lista de sus virtudes, pero ignoramos sus defectos.
Es como si el cerebro editara la película de la relación y solo te dejara ver las escenas bonitas.
Pero la historia completa era otra.
Si realmente fuera la persona ideal para ti, seguiría a tu lado.
Cómo cambiar el enfoque y superar la ruptura de verdad
1. Enfócate en sanar, no en olvidar
Pregúntate: ¿Cómo puedo hacerme sentir mejor hoy, sin depender de nadie más?
Crea nuevas rutinas que te nutran.
En lugar de pensar en lo que perdiste, empieza a construir lo que quieres.
Ejemplo de cómo implementarlo: En vez de forzarte a “no pensar en él”, usa ese tiempo para aprender algo nuevo o reconectar con pasiones que dejaste de lado.
2. Acepta que el dolor forma parte del proceso
En vez de huir de la tristeza, déjate sentir.
Escribe sobre lo que duele en lugar de enterrarlo.
Recuérdate que cada emoción es temporal y que no te define.
Ejemplo de cómo implementarlo: Si te sientes mal un día, no te castigues pensando “otra vez estoy mal, debería estar mejor”. En su lugar, dite: “Es normal que tenga altibajos. Esto no significa que no esté avanzando.”
3. Cambia tu diálogo interno sobre la relación
Cuando idealices el pasado, recuerda las razones reales por las que terminó.
Si te atrapas pensando “nadie más me querrá así”, cuestiónalo: ¿es esto realmente cierto o solo un miedo disfrazado de verdad?
Haz una lista de lo que no quieres repetir en tu próxima relación.
Ejemplo de cómo implementarlo: Si te descubres diciendo “Era el amor de mi vida”, cámbialo por “Fue alguien importante en mi historia, pero mi historia no acaba aquí”.
4. Construye una vida en la que tu felicidad no dependa de otra persona
Conéctate contigo misma: ¿qué te gusta? ¿Qué te hace feliz fuera de una relación?
Cultiva relaciones nuevas y retoma las amistades que descuidaste.
Descubre el placer de estar sola.
Ejemplo de cómo implementarlo: En lugar de buscar desesperadamente a alguien más para llenar el vacío, aprende a disfrutar de tu propia compañía y a sentirte completa sin necesidad de otra persona.
Así que si quieres que te acompañe en esta fase de tu vida y te ayude a superar la ruptura, puedes escribirme por email a [email protected] o directamente por Whatsapp aquí: