Lo que probablemente nadie te ha contado del peligro de aplicar el famoso contacto cero patricia diez diez

Lo que nadie te ha contado aún del peligro de aplicar el contacto cero y cómo evitar caer en la trampa

contacto cero

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Te han dicho que aplicar el contacto cero "es la mejor forma de pasar página". 

 

Que si desapareces por completo, si cortas todo, si bloqueas sus redes, lo olvidarás más rápido.

 

Pero la realidad es que aunque a algunas mujeres les funciona como un respiro necesario, para muchas otras, se convierte en una pesadilla de ansiedad, dudas y obsesión.

 

Porque el problema no es el contacto cero en sí, sino cómo lo estás usando. 

 

 

🚨 Ahora bien, si estás en una situación de peligro, el contacto cero es prioritario y todo lo que te cuento aquí no aplica, ya que lo primero es que te pongas a salvo. 

 

 

Pero si tu caso no es este y sigues sufriendo incluso después de cortar todo contacto, vamos a ver por qué puede estar pasándote esto y qué hacer para evitarlo: 

 

 

1. El peligro de convertir el contacto cero en un castigo

 

Muchas mujeres aplican el contacto cero con esta mentalidad:

 

“No voy a darle el gusto de verme mal”.

“Si aguanto sin escribirle, le demostraré que soy fuerte”.

“Voy a desaparecer y verá lo que ha perdido”. 

 

 

Pero cuando usas el contacto cero como una forma de castigarle o probar lo fuerte que eres, lo que realmente pasa es que te castigas a ti misma. 

 

 

Imagínate: llevas semanas sin escribirle, pero cada día miras su perfil desde una cuenta que has creado para que no sepa que eres tú... o preguntas a amigas si ha hablado de ti. Sigues atada a él, solo que "en silencio". 

 

 

Entonces, el problema es que sigues midiendo  tu avance en función de él.

 

 

La solución: Usa el contacto cero para ti, no para él. Porque el contacto cero no es una estrategia para que él sienta tu ausencia, sino una estrategia para que tú sientas tu propia presencia. 

 

 

Prueba a hacer esto:



Deja de pensar en cómo le afecta a él. Pregúntate: ¿cómo quiero sentirme yo?

Elige cada día algo que te acerque a la vida que quieres.

Si un día fallas y le escribes, no te castigues. Aprende de ello y sigue adelante.

Porque una recaída no anula tu avance. Solo te muestra qué parte de ti sigue necesitando atención.

 

 

2. El mito de que el contacto cero te hará olvidar más rápido

 

¿Alguna vez has intentado NO pensar en algo? 

 

Si te digo que bajo ninguna circunstancia pienses en un elefante… ¿Qué es lo primero que aparece en tu cabeza?

Exacto: un elefante.

 

“Si dejo de hablar con él, le olvidaré más rápido.”
“Si corto todo contacto, mi cerebro borrará la relación y sufriré menos.” 

 

Pero lo que suele pasar es lo contrario:
Cuanto más te prohíbes pensar en tu ex, más presente está en tu mente. 

 


Puede que hayas eliminado su número, bloqueado en redes y quitado todas las fotos. Pero sigues repasando mentalmente las conversaciones, las peleas, los buenos momentos. 

  

El problema es que el contacto cero solo borra a la persona de tu entorno, pero no borra lo que sientes por ella. 

  

La solución: En lugar de obsesionarte con olvidarle, cambia la pregunta: 


“¿Qué quiero recordar de mí misma después de esta ruptura?” 

 

 

Ejercicio:

Haz una lista de cosas que te importaban ANTES de esta relación.

¿Cuáles dejaste de lado?

¿Qué parte de ti misma quieres recuperar ahora?

Porque como hemos dicho antes, la clave no es olvidar a tu ex. Es recordarte a ti. 

 

 

 

3. El efecto rebote del contacto cero: lo que reprimes, explota

 

 

Hay mujeres que aplican el contacto cero con la esperanza de "apagar" el dolor. 

 

“Si no le veo, no le pienso”.
“Si no hablamos, mis sentimientos desaparecerán”. 

 

 

Pero esto es como meter un globo debajo del agua: puedes sujetarlo un tiempo, pero tarde o temprano explotará con más fuerza. 

 


Imagínate, has pasado tres meses sin contacto, haciendo como que todo va bien. Pero un día le ves por la calle y sientes un tsunami emocional que no esperabas. 

 

¿Por qué?


Porque, por desgracia, el contacto cero no sustituye al proceso de duelo.

Si no te permites sentir, lo que reprimes no desaparece, solo se acumula.

 

La solución: No uses el contacto cero para evitar tus emociones.
Usa este tiempo para trabajar en ellas. 

 

 

Ejercicio:
 

En lugar de ignorar lo que sientes, escribe una carta que nunca enviarás.

Dile a tu ex todo lo que quisieras decirle.
Reconoce lo que te duele, sin juzgarlo.
Despídete emocionalmente, para liberarte tú.
 

 

Recuerda: Sanar no es fingir que no duele. Sanar es darte el espacio para sentir sin quedarte atrapada en ello.

 

 

4. El contacto cero sin un cierre emocional solo te deja más preguntas

 

Aplicar el contacto cero sin haber procesado la ruptura es como apagar el móvil cuando estás perdida en una ciudad nueva.

 

Sí, ya no ves el mapa en chino que no entendías.

Sí, ya no tienes más información.

Pero sigues igual de perdida.

Y entonces empiezas a llenarlo todo con suposiciones:

"Seguro que ya está con otra."
"Seguro que está viviendo su mejor vida sin mí."
"Seguro que ya ni se acuerda de todo lo que tuvimos."

Y cuanto menos sabes de él, más cosas imagina tu cabeza.

 

Imagínate si, por ejemplo, antes revisabas su perfil de vez en cuando y veías que su vida seguía más o menos igual. Ahora, sin acceso a su mundo, tu mente se inventa una versión donde él es más feliz que nunca… sin ti.

 

La solución: No uses el contacto cero para evitar el dolor, úsalo para afrontarlo.


Ejercicio para cortar con las suposiciones:
 

  1. Escribe todo lo que imaginas sobre lo que está haciendo tu ex ahora mismo.
  2. Pregúntate: ¿Esto es un hecho o es mi mente inventándose una historia?

     
  3. Cambia la pregunta: ¿Cómo puedo ocuparme de mi propia vida en lugar de suponer cosas sobre la suya?
      

 

 

5. El contacto cero mal aplicado te deja atrapada en la rigidez

Hay mujeres que convierten el contacto cero en una especie de religión inquebrantable.

"Si le hablo, habré fracasado."
"Si recaigo, todo el proceso habrá sido en vano."
"Si rompo el contacto cero, significa que no he avanzado nada."

Pero, ¿sabes qué pasa cuando vives bajo normas extremas? Que cualquier “fallo” se convierte en una condena.

 

Imagínate que llevas dos meses sin hablar con él. Una noche, después de mucho resistir, le escribes un mensaje corto. A la mañana siguiente te sientes fatal, como si hubieras tirado a la basura todo tu progreso.

Pero no es así. Una recaída no anula tu avance, te da información sobre lo que aún necesitas trabajar.

 

La solución: El contacto cero no es una regla grabada en piedra. Es una herramienta. Si alguna vez rompes el contacto, en lugar de castigarte, pregúntate: "¿Qué he aprendido de esto?"

 

 

6. El contacto cero no es suficiente para sanar

 

Aquí viene la verdad: el contacto cero por sí solo no cura nada. Es solo el espacio que creas para poder sanarte.


  

Imagínate que decides hacer una limpieza profunda en tu casa. Sacas todo lo que ya no necesitas, te deshaces de lo viejo y de lo que te recordaba a momentos que ya no quieres revivir. Pero en vez de sentir alivio, miras alrededor y lo único que ves es un vacío enorme. Ningún mueble, ninguna foto, ningún objeto que haga de ese lugar algo tuyo.

Con el contacto cero pasa algo parecido: sacas a tu ex de tu vida, pero si no llenas ese espacio con algo que realmente te haga bien, lo único que queda es un hueco doloroso que tu mente intentará llenar con nostalgia, suposiciones y recuerdos. 

 

 

La solución: No basta con "quitar" a tu ex de tu vida. Tienes que ponerte a ti en el centro.

 

Ejercicio para llenarte de ti
 

Haz una lista de cosas que te gustaría hacer si tu ex nunca hubiera existido.

¿Qué hobbies te llaman la atención pero nunca exploraste?
¿Qué te gustaría aprender ahora que tienes más espacio para ti?
¿Con qué amigas te gustaría retomar el contacto?
¿Qué cosas siempre pospusiste por priorizar la relación?

Una ruptura no solo se supera dejando ir. Se supera volviendo a ti.

 

 

 

En resumen, ¿cómo evitar que el contacto cero se vuelva tu peor enemigo?

 

 

Úsalo para sanar, no para manipular. Si lo aplicas con la esperanza de que vuelva, seguirás atada a la relación. El contacto cero no es una estrategia de control, es un espacio para reencontrarte contigo misma.

No lo conviertas en una prueba de resistencia. No necesitas demostrar que "aguantas más" o que eres fuerte por no escribirle. Si cada día sin contacto lo cuentas como un logro, en realidad sigues midiendo tu vida en función de él. El verdadero avance no es resistir, es recuperar tu paz.

  


No confundas "bloquear" con sanar. Eliminarle de redes sociales no borra el dolor ni lo que sientes por él. Si el contacto cero no va acompañado de un proceso de duelo real, terminarás más enganchada en pensamientos obsesivos sobre lo que está haciendo.

 

No uses el contacto cero para evitar el dolor, sino para enfrentarlo. Hacer como si "ya no existe" no es lo mismo que superarlo. Si no gestionas tus emociones y simplemente lo bloqueas, la tristeza no desaparece, solo se acumula hasta que explota en forma de recaída o ansiedad.

 

No te obsesiones con lo que imaginas. Cuando cortas el contacto sin un cierre emocional, la mente llena el vacío con suposiciones: "Seguro que ya está con otra", "Seguro que ya me olvidó", "Seguro que está mejor sin mí". Si te atrapas en este bucle, es momento de cambiar el foco y preguntarte: ¿Cómo quiero sentirme yo? 

 

 

El contacto cero no es una ley grabada en piedra: Si alguna vez rompes el contacto cero, en vez de castigarte, aprende de la experiencia y sigue adelante. Una recaída no borra todo tu progreso, solo te muestra en qué parte de ti aún necesitas trabajar.

 

No es suficiente con sacarle de tu vida, necesitas llenarla con cosas que realmente te hagan bien. De lo contrario, solo te quedarás con el vacío. No se trata solo de soltarle a él, sino de recuperarte a ti misma.

 

 

 

EJERCICIO: Reescribe tu relación con el contacto cero

 

No se trata solo de cortar el contacto, sino de cambiar tu enfoque emocional. Tómate unos minutos y responde a esto por escrito con sinceridad:

  1. ¿Por qué quiero aplicar el contacto cero?

     
  2. ¿Qué haré cuando me entren ganas de escribirle? (Ten una estrategia preparada)
  3. ¿Cómo voy a tratarme si en algún momento rompo el contacto? En lugar de decir “he fracasado”, ¿qué puedo decirme para seguir adelante?

     
  4. ¿Cómo evitaré que mi mente se llene de suposiciones sobre él?¿Cómo puedo cambiar la pregunta de “qué estará haciendo él” a “qué quiero hacer yo con mi vida ahora”?
  5.  ¿Cómo voy a llenar el espacio que él ocupaba en mi vida?

     

 

 

El contacto cero no es un fin. Es un medio para algo más importante: tu propia paz mental.

 

 

Si necesitas ayuda para aplicar el contacto cero sin que se vuelva una tortura, puedes escribirme por email a [email protected] o directamente por Whatsapp aquí: 

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